Como muchos de vosotros, nosotros intentamos encontrar nuestro lugar en el mundo, y qué mejor que buscarlo en París, y, envueltos en su grandeur (grandiosidad) no sólo encontrar nuestro lugar en el mundo sino, incluso, un plus, el plus que París siempre está dispuesto a dar (mostrar, arrojarte a la cara, apabullarte).
La proliferación de mensajes en cualquier calle parisina ayudando con un rotundo Vous etes ici (Usted está aquí) para que sepamos en cada momento dónde estamos y hacia dónde podemos ir, da un plus de tranquilidad, de paz, ante el sobrecogimiento de la arquitectura de la ciudad en escala grandiosa.
Sobrecoge por ejemplo, tomar una infusión en el Café de la Paix (coste aparte) y observar La Opera; se siente uno más pequeño de lo que es en realidad, como si los albañiles nos quisieran acongojar amontonando piedras armoniosamente, pero fuera de escala humana, eso: como haciéndonos creer que París fuese sobrehumano… lo que atemoriza, infunde respeto, o atrae, o todo eso junto.
El caso es que con ese Vous etes ici omnipresente en París, uno se siente mucho mejor, pero no podía ser tan sólo asi; hay más, veamos:
En el afán de ir a la contra de la marea de extranjeros que pululan por la ciudad luz, elegimos con mi chica ir a La Villette, donde nada en especial estaba anunciado para ese día, tan sólo La Villete misma, que aun así sola- vale la pena (Metro, linea 7 dirección “ La Courneuve“ estación Porte de la Villette“ N.E en el mapa)
Vagando por sus caminos solitarios, con un frío acongojante y una llovizna compañera, ratificamos lo que decíamos al principio, sobre la escala acongojante de París. Por ejemplo ante el inmenso Pabellón (tipo rockódromo, no me acuerdo el nombre coñe) o ante las hermosas imágenes que se reflejan cambiantes en la gran esfera de la Géode.
Y aquí una pausa para subrayar parte importante del credo de los trotamundos: el no aferrarse a programaciones rígidas, ir un poco a lo que salga.
Cuando nos disponíamos a dejar de vagabundear –ante el peligro de congelamiento- por los caminos de La Villette, nos topamos con un cartel que anunciaba en la Cité des sciences & de la industrie, una exposición con este titulo: Seuls dans lâ univers? Atraídos, decidimos dirigirnos a otro inmenso edificio (el de la Cité…) que alberga entre otras muchas- la exposición ¿Solos en el Universo? (hasta el 22.07.07).
No sabríamos decir si estamos o no solos en el universo, pero en lo que a la exposición se refiere… no estábamos solos… a fé que no estábamos solos… una multitud se desplazaba lentamente por ella… y nos dejaba en evidencia… La Villete estaba solitaria –a nuestro parecer- porque la mitad de los críos de París en vacaciones decidieron traer a sus padres a la Cité… inmensa y calefaccionada pequeña parte de La Villette.
Y allí, en la entrada de ¿Solos?, un inmenso panel de puntos de distinta luminosidad nos da a escala una reproducción parcial- de los miles de millones de estrellas, planetas y otros cuerpos que forman nuestra galaxia y, más detallista aún, nos advierte que la inmensa reproducción abarca solamente parte de los millones galaxias que forman nuestro universo, y ante nuestra sensación de desasosiego ante esa realidad, ante esa luminosidad cegadora y verdaderamente acongojante, a nuestra derecha, a una altura media de la representación sobre uno de los millones de píxeles representativos del universo, ese pixel estaba señalado con un: Vous etes ici.
Fuimos a París intentando encontrar nuestro lugar en el mundo y París nos señala nuestro lugar en el Universo, es indubitable: París siempre da algo más.
Hoy tengo más conciencia que habitamos una mota de polvo en una inmensidad inabarcable y ya no me siento empequeñecido ante Lâ Opera.. ¡que va! (no te jode).
Remerci París… moi, je tâaime.