Nos vamos de viaje a un país que no comparte nuestra moneda, algo para lo que no tenemos que irnos muy lejos: Reino Unido mismo, que ha persistido en mantener la libra, o a Suiza, con su franco suizo, y, ¿qué hacemos para poder pagar los cafés, las cervecitas, incluso los souvenirs?
En primer lugar, te toca hacer una pequeña tarea de investigación: infórmate sobre si la gente del país que vas a visitar y que no utiliza el euro está acostumbrada a pagar con tarjeta en la mayoría de los comercios. En Reino Unido, por ejemplo, es habitual comprar un botellín de agua y sacar la tarjeta.
Esto te beneficia. En vez de comprar dinero al banco de turno o de cambiar divisas en una casa de cambio, sacas tu tarjeta y pagas directamente con ella. Te aplicarán una pequeña comisión, desde luego, ¡de eso no nos libramos! Pero siempre será menor que a la hora de comprar dinero extranjero.
De todas formas, siempre es bueno llevar algo en efectivo, lo que podrían ser 20 euros aproximadamente, por si surgen imprevistos y tu tarjeta no es aceptada en algún establecimiento. Lo que tienes que evitar a toda costa es sacar dinero de los cajeros constantemente: esto está prohibido si quieres ahorrar en tu viaje, ya que te darán un doloroso sablazo con las comisiones que se comen entre el cambio de divisa y la tramitación desde un banco que no es el tuyo. A mí me ha pasado y me han dado ganas de llorar.
Cambiar dinero con particulares
Otra cosa que puedes hacer es cambiar dinero con personas que han estado en ese país. Puedes contactar con ellas a través de foros de viaje y, si la lógica se impone, te cobrarán una comisión más pequeña que el banco o las casas de cambio.