En nuestra lista de museos curiosos, raros e insólitos no podía faltar, desde luego, el que está dedicado a esa figura tan querida y esperada en nuestra infancia que, sin duda, mitigaba un poco el trauma de quedarse mellado, aunque en algunos casos extremos hacía desarrollar ideas tan peligrosas como ingeniosas. Estoy hablando del Ratoncito Pérez.
Sí, sí. El ratón que va coleccionando nuestros dientes a cambio de dejarnos algún regalito o unas monedas tiene su museo en Madrid. La entrada no es cara (2,50 tanto para niños como para adultos), pero el horario es un poco chungo para los papás que trabajan. De martes a sábado abren por la mañana y por la tarde; el lunes solo por la tarde. Las visitas se producen cada 45 minutos y tienen un aforo limitado.
Resulta una actividad bastante divertida para hacer con los más pequeños. En la casa museo del Ratón Pérez encontraremos, además de la mítica historia de Luis Coloma, la casita en una caja de cartón que el roedor habitaba en algún lugar de la confitería Prast. Obviamente, es más un negocio que un museo, así que es lógico que intenten dar salida a algunos productos y os inciten a comprar. Esto ya os lo tomáis como mejor podáis.
¡Ah! Otra cosa chula que se puede hacer en el museo del Ratoncito Pérez es pedir el certificado del último diente caído. Para eso, primero hay que encargarlo, por lo que sería interesante llamar primero por teléfono. Más información en su página.