Aogashima es una pequeña isla situada en el archipiélago de Izu, en el Mar de Filipinas, a 328 km de Tokio.
La isla en realidad es un volcán emergido de las fosas marinas, en cuyo interior cuenta con otro pequeño cráter activo. Tiene una superficie de apenas 6 kilómetros cuadrados que surgieron de los restos de una serie de calderas submarinas, configurando un islote de perfiles escarpados que se elevan desde los 200 a los 420 metros de altura y que convierten a la isla en un baluarte inexpugnable.
En el interior, el cráter de la caldera del Maruyama sigue desprendiendo vapor, recordando que el volcán que erupcionó en 1780 acabando con la mitad de la población, sigue activo y es una amenaza imperante.
Para acceder a Aogashima es necesario hacerlo en barco o helicóptero desde la isla de Hachijojima, aunque no hay puerto donde atracar, por lo que es raramente visitada como destino turístico.
En la isla viven actualmente alrededor de 200 valerosos pobladores que se concentran en el valle, entre los dos anillos volcánicos, dedicados principalmente a la pesca y a la fábrica y venta de sal.
Cuenta con saunas naturales, aguas termales y una cocina pública donde se aprovecha el vapor geotérmico para cocinar los alimentos. También hay baño público y duchas calientes.
Como destino, Aogashima es un paraíso tropical cubierto de naturaleza virgen, un destino inusual para aquellos viajeros que buscan lugares diferentes a los que escapar durante sus vacaciones.