El cielo en la tierra se encuentra en el estado de Tamauplilas, al noreste de Méjico, un espacio declarado Reserva de la Biosfera por el estado Mejicano en 1986 y Reserva de la Humanidad por Naciones Unidas en 1987, que abarca una extensa superficie de casi 145.000 hectáreas.
Su rica diversidad geológica y climática han hecho que la reserva de Cielo cuente con una amplia muestra de seres vivos autóctonos, tanto animales como vegetales clasificados como raros o el peligro de extinción, que se reparten por sus diferentes ecosistemas: áreas de bosque tropical, bosque húmedo, bosque de encinas, bosque de coníferas o matorral, los cuales se van sucediendo a medida que el terreno se hace más elevado, dando cobijo a una variada fauna, entre la que podemos encontrar más de 250 aves residentes y 175 especies de migratorias, 60 especies de reptiles o poblaciones de grandes felinos como el puma, el jaguar, el gato montés o el ocelote, además de osos, mapaches, roedores y murciélagos.
El gobierno ha impulsado el turismo sostenible en la zona, para que sirva de sustento a las poblaciones que integran esta zona y favorecer el crecimiento económico de la región. Es por ello que existe una amplia oferta turística para los amantes del ecoturismo o el turismo de naturaleza, quienes pueden disfrutar de actividades programadas, como visitas a las cuevas y cavernas de la reserva, realizar rutas de senderismo o actividades acuáticas en sus estanques y cenotes de aguas cristalinas, trayectos en bicicleta, acampada, rappel, etc.
Para visitar la reserva de Cielo, se recomienda acceder desde la ruta que parte de la localidad de Gómez Farías, donde hay servicios turísticos y transportes, además, se pueden contratar guías expertos en la zona.