Ningwu es una localidad situada al norte de China, en la región de Xinzhou, que se encuentra en la provincia de Shanxi.
Allí, a unos cuantos kilómetros de distancia, se levanta frío e imponente el monte Luya, conocido como Luya Shan, una montaña de origen volcánico de sorprendentes y curiosas entrañas de hielo.
A casi 3.000 metros de altura, 2.700 para ser más exactos, la montaña esconde una hendidura, escondida entre la vegetación profusa de la zona. Esa pequeña puerta al interior de la roca, descubre un maravilloso mundo de hielo que se ha convertido en una de las 10 cuevas heladas más bellas del país.
Las cuevas de Nigwu cuentan con más de tres millones de años de antigüedad, puesto que se crearon durante el Plioceno tardío, una época de continuas glaciaciones y temperaturas frías y secas.
Allí, en la profundidad de la montaña, el hielo glacial quedó encerrado y resguardado como un gran frigorífico natural, gracias a la altura de la montaña y al clima monzónico continental de la región.
El paso de los años, los cambios de temperatura y la erosión ha generado un impresionante catálogo de formas de hielo en el interior de la cueva.
Ésta cuenta con más de 100 metros de longitud, dispuestos en cinco niveles de altura, que se encuentran conectados por escaleras y puentes fabricados en madera.
El espacio más amplio es de casi 20 metros de anchura y todo el recorrido se encuentra iluminado con sutiles tonalidades de colores, que multiplican los contrastes y la fantasía de los témpanos, estalactitas y todo un catálogo natural de formas del hielo: flores de escarcha, columnas, nubes, pináculos, etc.
Las cuevas pueden visitarse durante todo el año, ya que se mantienen congeladas de manera continuada.