Y es que Firhall es el único pueblo del mundo donde los niños pequeños tienen prohibido vivir. ¿Quieres conocer este pueblo para terminar de descartarlo como posible vivienda? O por el contrario, quizá te entusiasme una zona libre de llantos y pelotas que invaden tu jardín.
Firhall está en Escocia, Reino Unido, y no es muy grande. Para ser residente de esa localidad, tienes que tener más de 45 años, por si acaso corres el riesgo de tu pareja se quede embarazada. Las visitas de los pequeños están permitidas, pero tienen sus límites y muchos abuelos han acabado renunciando, ya que no pueden disfrutar de sus nietos en su propia casa.
Los perros están permitidos, aunque solo uno por familia, no vaya a ser que armen escándalo. Sin embargo, en Firhall no quieren nada de patos, palomas o conejos.
A cambio, Firhall proporciona una tranquilidad casi inigualable y encima un paisaje de las tierras altas de Escocia que es como para prescindir de los chiquillos. Los vecinos niegan ser unos ogros y realzan su gusto por vivir en un ambiente sosegado con una fauna difícilmente igualable de haber críos cerca.
La verdad es que esta propuesta no me parece nada descabellada. Hay muchos lugares en el mundo y porque un pequeño pueblo del norte de Escocia no quiera tener niños entre sus habitantes no es el fin del mundo. ¿O sí?
