Les recomendamos que si viajan a Rusia no se pierdan este hermoso lugar que además es gratis: estamos hablando del metro de Moscú. No en balde es uno de los más transitados del mundo, pues sus galerías no tienen nada que ver con los descuidados pasillos de otros metros de las grandes metrópolis. Sus techos, paredes y suelos se encuentran adornados con todo tipo de pinturas, mosaicos y adornos.
Tiene al aliciente de que cada estación se muestra completamente diferente, lo que convierte este medio de transporte en casi un museo de gran interés cultural y artístico para los turistas. Se utilizaron para su construcción más de veinte clases diferentes de mármol y otras piedras. Este ingenio inaugurado en 1935 es llamado también merecidamente «el palacio subterráneo», y es que es espectacular a todos los niveles, no solo visualmente. Por ejemplo, es muy curiosa la idea de que según qué tramos indican el sentido del tren dependiendo de si se usa una voz masculina o femenina.
Por si no fuera suficiente semejante derroche de creatividad, hace relativamente poco el metro de Moscú ha puesto en marcha un incentivo (especial para personas con sobrepeso) como antesala a los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán este año que entra en Sochi: una dispensadora de billetes electrónica recompensa con viaje gratis aquel viajero que sea capaz de realizar treinta sentadillas (agacharse de cuclillas y subir alternativamente) en un máximo de … ¡dos minutos! No intenten engañar a este invento que cuenta con unos sensores de movimiento capaces de registrar todo intento de no agacharse lo suficiente.
¿Por qué no aprovechar nuestra visita turística para bajar unos kilos y encima ahorrar unos euros?
