A unos 30 kilómetros de Vilna, la capital de Lituania, se extiende una región con más de 200 lagos y en ella se encuentra la pequeña ciudad de Trakai, rodeada por los lagos Lukos (Bernardinų), Totoriškių, Galvės, Akmenos y Gilušio. La ciudad es una isla de 11,5 km2 y ocupa parte del Parque Nacional Histórico de Trakai, creado en 1991 para proteger este idílico entorno.
Pero sin duda, la joya de la ciudad es su castillo, mandado construir por el Duque Gediminas en el siglo XIV. Está situado en otra pequeña isla cercana a la de Trakai y ha sufrido numerosas reconstrucciones y modificaciones desde su originaria edificación en madera.
En la actualidad, la isla está coronada por una fortaleza de ladrillo rojo, un recinto cuadrangular fortificado, rematado por torres circulares en tres de sus esquinas, que configuran un amplio patio de armas. En la esquina posterior derecha, en logar de torre, se emplaza el recinto palaciego, cuadrangular y amurallado, cuya puerta principal está rematada por una esbelta torre palaciega, conocida como la Torre del Gran Duque.
A pesar de estar muy reconstruido, conserva todo el encanto de un edificio de la Edad Media y pueden visitarse gran parte de sus salas, dispuestas en dos plantas, donde se conservan objetos de la época, como mapas, vestimentas, monedas, etc.
Lo más aconsejable para visitar el castillo desde Trakai es llegar dando un paseo o alquilar una bicicleta, para disfrutar bien del entorno a lo largo de los 2,2 km de trayecto.
Si vais en temporada de verano, el castillo está abierto al público todos los días, el resto de meses, cierra los lunes por descanso.
