Dubrovnik, la Perla del Adriático

Los que conocen a quien escribe estas lí­neas, se apresurarán a gritar «¡Toooongooooo!!» al leer el encabezamiento de esta entrada. Tengo que defenderme ante tamaña calumnia: el hecho de que mi bella madre haya nacido en esta bella ciudad, y que la autora de mis dí­as fuera bautizada con la palabra serbocroata que denomina al Mar Adriático que baña sus costas, no implica que esta recomendación esté revestida de un sospechoso nepotismo, ni mucho menos de un complejo edí­pico acentuado. Todos los que han visitado la ciudad más bella de toda Croacia, lo saben; todos los que no, pero están leyendo estas lí­neas, pronto -es mi deber y mi esperanza- lo sabrán: Dubrovnik es comúnmente descrita como «La Perla del Adriático», y no de casualidad. Conocida durante años como Ragusa, su antiguo nombre, fue durante siglos una feroz rival comercial de Venecia. Como las rivalidades empiezan por ser comerciales y acaban a cañonazos, a esos años es que debe Dubrovnik la parte más distintiva de su arquitectura: como buena ciudad costera y comercial, fue bien protegida y resguardada con una muralla que la rodea casi por completo. En 1667 un terremoto la destruyó en gran parte, pero a pesar de la franca decadencia comercial en la que entró desde entonces, fue reconstruida y actualmente tanto murallas como interior del casco viejo son como un viaje en el tiempo. O como dijo George Bernard Shaw sobre la perla adriática, «quien quiera visitar el cielo en la tierra, que visite Dubrovnik».

Como buen centro turí­stico que se precie (a pesar del olvido que recayó sobre la misma durante y tras la vergonzosa guerra fratricida que arrasó los Balcanes en la década final del siglo pasado) la ciudad cuenta con una infraestructura envidiable para el visitante. Hay alojamientos de todas las categorí­as, y restaurantes, bares, tascas y puestos de comida rápida local. La gastronomí­a de la ex-Yugoslavia es una deliciosa mezcla entre las culturas culinarias cristiana, musulmana y hebrea. Personalmente les recomiendo probar el sabroso Ćevapčići (pronunciado chebápshichi), unas albóndigas que amalgaman diferentes carnes (según el tipo y región, de vaca, cordero y/o cerdo), que suele venir acompañado de vegetales o patatas fritas. ¡Un fast-food que es la antí­tesis del fast food: rico, sano, e histórica y culturalmente respetable!

Si te gustó Venecia o de siempre has soñado con visitarla, Dubrovnik es más barata, tiene playas hermosas de agua cristalina, menos turistas y para qué andarme con rodeos: ¡es mucho más hermosa! No sólo lo dice mi madre y no sólo lo digo yo: lo dicen los miles de personas que la visitan cada año y si te animas, pronto lo podrás decir tú.

www.dubrovnik.hr La página oficial del Ayuntamiento de la perla… quiero decir ciudad. En hrvatski (croata) e inglés.
www.unesco.org/whc/sites/95.htm La UNESCO también me da la razón (me la da en inglés): Dubrovnik es Patrimonio de la Humanidad desde 1979.
www.hihostels.com/dba/hostel021004.es.htm Sólo recomiendo alojamientos si los conozco personalmente. éste lo recuerdo como correcto, y como todo Albergue Juvenil, buena oportunidad para hacer amigos. Lo único malo es que allí­ perdí­ mis pantalones (si piensan algo raro de eso es que necesitan un buen revolcón urgente) y nunca los recuperé. Enlace en español -por fin- con modos de contactar y hacer reservas.

Por lo visto, YouTube opina lo mismo que yo sobre la ciudad, y hay un porrón de videos veraniegos, mayormente horripilantes y con tanto movimiento de cámara que por un momento pensé que los grabaron durante el famoso terremoto. éste que presento, a pesar de que el autor usa el zoom peor que en las pelí­culas de Bruce Lee, tiene unos diez segundos salvables y una bella fotografí­a. Como siempre, sigan mi consejo: no vean videos ni fotos. Vayan y punto.

Preguntas Muy (o bastante) Frecuentes

– ¿Por qué deberí­a yo visitar Dubrovnik?
Por su casco viejo. Por las murallas que lo rodean. Por sus playas de rocas y aguas transparentes. Por la gastronomí­a local. Porque haya justicia y Dubrovnik le gane la batalla a Venecia de una vez. Porque la Unesco lo recomienda. Porque mi madre lo recomienda. Porque yo lo recomiendo, y tú lo vales.

– ¿Qué idioma hablan en Croacia?
Me encantan las preguntas fáciles. En Croacia hablan croata. Bueno, serbocroata si nos ponemos académicos. Croacia en croata se dice Hrvatska y se pronuncia algo así­ como «Júrvatska». ¿Asusta, no? Pero no es para tanto. Sí­ se dice Da. No se dice Ne. Gracias se dice Hvala (pronunciado aproximadamente como «fala») y no sé por qué me estoy enrollando con la respuesta y con lecciones no solicitadas. Todos los exyugoslavos tienen facilidad con los idiomas y los croatas no son excepción. El que no sepa hablar inglés hablará italiano y el que tampoco, alemán. No es extraño que te encuentres locales que chapurreen decentemente el castellano. Como siempre, el idioma no es excusa.

– ¿Cómo llego hasta Dubrovnik?
Son relativamente comunes los paquetes turí­sticos y vuelos en temporada alta, a precios razonables. Croacia, además, es un paí­s comparativamente barato (quién te iba a decir que el euro tení­a ventajas para los europeos… sí­, las tiene: cuando te vas de la Zona Euro). Por el aire es la opción si no dispones de tiempo. Si tienes tiempo y coche, lo mejor es ir hasta allí­ por carretera. Es un viaje largo, pero si tienes en cuenta la de lugares bellos que hay en el camino (la Provenza francesa, Milán, Venecia, y toda la costa croata) hasta llegar a Dubrovnik, no es descabellado lanzarse a la aventura con el pie en el acelerador. Si estás recorriendo Italia de cabo a rabo, puedes cruzar en ferry desde Bari hasta Dubrovnik, no lo olvides.

– ¿No es peligroso? Por la guerra, digo.
Tus amigos tienen razón cuando te insisten en que dejes de comprar los periódicos al cartonero. La guerra en Croacia terminó hace más de diez años. La guerra en el área balcánica en general, hace casi ocho. Dubrovnik, Croacia y la ex-Yugoslavia en general son sitios seguros. En el caso de Dubrovnik en concreto, tiene más peligro practicar la escalada con arnés en Holanda que visitar este maravilloso lugar.