Y es que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Un único post sobre la Amazonía brasilera se queda francamente corto. En postreras ocasiones completaré la entrada de hoy, sirva ésta como mera introducción. El Estado más grande de todo Brasil (y cuando hablamos del estado más grande de un país cuya superficie es unas diecisite veces el de España entera, hablamos de un Estado muy grande) es el de Amazonas, cuya capital es Manaus. Fundada en 1669 bajo la forma de un fuerte (llamado Sao José da Barra), no pasó a llamarse Manaus hasta 1833, cuando la bautizaron así como homenaje a la tribu de los Manaós. Por otro lado, Manaus significa «madre de Dios» en lengua nativa. Personalmente tengo debilidad por esta pequeña ciudad. Además de estar rodeada por la selva más importante del mundo, el pulmón principal sin duda, quizá su seña de identidad más conocida sea su Teatro de ópera. No, apreciados lectores y amadas lectoras, no he vuelto a abusar de aquel cargamento de whisky de dudosa calidad que los de Sanidad incautaron a una destilería ilegal y que olvidaron por descuido junto a mi casa. Manaus dispone del Teatro de í“pera más desubicado del plantea Tierra, un lugar donde deleitarse escuchando piezas de Verdi a un paso del río más caudaloso del mundo, desde el cual hasta las propias pirañas, de tener el sentido auditivo tan desarrollado como el apetito, casi podrían disfrutar.
Para entender semajante surrealismo -ópera en la selva es casi como un hipódromo en el Himalaya- baste con una pequeña reseña histórica. Durante el apogeo de la industria del caucho, desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, que se obtenía de un árbol de la zona, convirtió a la olvidada localidad selvática en un lugar inmensamente próspero, donde los comerciantes hacían dinero de manera escandalosamente fácil. Fueron años de lujo desmedido donde todo se importaba e imitaba de Europa, y cuya máxima expresión fue la construcción de este Teatro de ópera, que organiza festivales de canto con relativa frecuencia, todavía hoy. Pueden realizarse visitas guiadas, y si tienen suerte como tuve yo, los guiará a solas la brasilera más guapa del mundo entero. Pero, si tienen mala suerte como yo, a último momento llegará una pareja de Boston que arruinará todo romaticismo.
Además del Teatro, Manaus es una ciudad muy viva, con un zoológico en el que todo es tan frondoso que uno no sabe si mirar los animales y vegetación que están encerrados, o los que están fuera, junto al observador. La gente es muy simpática y comunicativa, y por si toda esta rosca que le hago a esta ciudad no les basta, dos apuntes: es el mejor lugar para saltar a la Amazonía brasilera. Y, si de todo Brasil yo tuviera que escoger un lugar para vivir, sin duda sería éste.
www.manausonline.com Completa guía de la ciudad, en portugués e inglés. Si te esfuerzas un poquito, el portugués se entiende muy fácil
http://pt.wikipedia.org/wiki/Manaus Wikipedia en portugués, muy buena información sobre la ciudad. ¡Insisto que el portugués es muy fácil de leer!
http://es.wikipedia.org/wiki/Manaos Nada, qué empeño, al final tuve que poner un enlace en castellano (aunque la informacion es menos y de peor calidad que las de arriba, pero ya que insistieron…).
Creo que es imprescindible llevar un control de contenidos en YouTube. Mi primera búsqueda dio como resultado un sinfín de videos de la visita de la banda musical mexicana RBD a la ciudad brasilera. ¡Por favor, señores de YouTube, un poco de conciencia y responsabilidad, que estas cosas las pueden ver los niños! En fin, dejando de lado mi deber para hacer de Internet un servicio sano e inofensivo para los menores, les adjunto dos videos que prueban que en el Teatro se hace música: desde la clásica hasta el jazz.
Preguntas Muy (o bastante) Frecuentes
– ¿Por qué debería yo visitar Manaus?
Por su Teatro de í“pera. Por el ambiente húmedo y selvático que se respira (y se suda). Porque, a pesar de lo que puedas pensar, no hay casi mosquitos. Porque el viaje hasta allí lo vale. Por las excursiones a la selva y a las comunidades indígenas que lo rodean (otro día me extenderé sobre esto). Porque si de todas las increíbles localidades playeras que tiene Brasil, te digo que mi favorita no está en la costa… ¡es que algo tendrá! ¿No?
– ¿Cómo llego hasta allí sin morir en el intento?
Por Dios, qué visitantes más dramáticos tiene esta página. Básicamente hay tres opciones, las que utilizan las gallinas (co-co-co-cógete un avión o un bus, cobarde; ah, y el bus sólo desde el norte) y las que utilizan los mochileros de pura cepa: en barco. La travesía desde Belem (norte y desembocadura del Amazonas), o desde Porto Velho (sur y buen puente a Bolivia), de varios días ambas, merece un capítulo aparte, que llegará a estas páginas pronto, lo prometo. Pero es im-pres-cin-di-ble llegar a Manaus en barco: hacerlo por avión sólo vale si se tiene la excusa de «no tengo suficientes vacaciones». ¿Es que alguien las tiene? De todos modos, hagan todo lo humanamente posible para, si no pueden ir en barco, por lo menos hacerlo al regreso. O viceversa.
– ¿Y la malaria? ¿De eso no dices nada?
Le dedicaré una entrada en exclusiva al tema. Pero en dos líneas: si sólo vas a visitar la ciudad, no hay que preocuparse demasiado. Si vas a visitar la selva también, supongo que sí, que hay que tomar esas dichosas pildoritas anti-malaria (que conste que yo no las tomé).
– ¿Dónde duermo? ¿Sobre un caimán?
Qué borde está la gente hoy, qué barbaridad. Hay alojamientos de todas las categorías, y lo mismo para la comida. Manaus es una ciudad, con todas sus comodidades (¡va a tener Teatro de í“pera pero no hoteles! ¡Me preguntan cada cosa!).
– No entendí tu comentario sobre YouTube y RBD. ¿Es que no te gusta esa gran banda musical?
A ésta ni contesto. Vete de esta página. ¡Y no vuelvas!
Hola mirko!!
me ha gustado mucho leerte, gracias por la información!!! y he tomado nota de todo, la semana q viene me voy a brasil!!
pero… no he ncontrado el resto de información q decÃas q escribirÃas sobre la amazonia
un abrazo y gracias otra vez!