No todos nuestros trotamundos van con el equipaje ligero: hay quien viaja con niños pequeños y abúlicos adolescentes, así que hay que buscar maneras de que el viaje salga bien y sea agradable para cada uno de los miembros de la familia. No siempre es fácil, pero puede conseguirse.
Programa actividades adecuadas a la edad
Los miembros más jóvenes de la unidad familiar no van a disfrutar de un museo igual que los progenitores, al menos en teoría. Sin embargo, durante los últimos años ha aparecido una moda -nada desdeñable, por cierto- de hacer museos interactivos que suelen captar la atención de sus visitantes independientemente del rango de edad. Podrías incluir alguno en tu viaje.
Si no es posible y los pequeños realmente son un incordio a la hora de pasear por las pinacotecas locales, las exposiciones o cualquier otra actividad que requiera saber estar y cierto grado de silencio, lo mejor será que busques una niñera o un lugar donde poder dejarlos para que no sufran ni sufráis los mayores.
En cuanto a los adolescentes, si son lo suficientemente mayores y responsables, además de llevar el móvil encima, podéis pactar un número de horas para que exploren la ciudad por su cuenta o se vayan a algún centro comercial.
Haz que se impliquen en el viaje
Esto no significan que deban cargar con él, claro que no. Significa que les pidas algo más o menos divertido: que se encarguen de las fotos, de recolectar recuerdos (tickets, hojas de algún árbol autóctono, etc), anécdotas, mapas turísticos y cualquier cosa que se pueda pegar a un cuaderno de viaje. A los pequeños les encantará la idea y tú tendrás un tesoro familia que guardar para las generaciones posteriores.
