Castilla-La Mancha es una tierra mágica, llena de opciones que cautivarán a nuestros trotamundos. Uno no puede adjudicarse la medalla de viajero si no conoce su propio país. Y aunque España no te resulte atractiva, tal vez te agrade saber que Segóbriga es un parque arqueológico de los restos de una ciudad romana. No te hace ir a Italia para maravillarte.
Parque Arqueológico de Segóbriga
El patrimonio histórico de esta comunidad autónoma es impresionante: yacimientos, museos, monumentos y parques arqueológicos harán las delicias de cualquier persona que siente fascinación y respeto hacia la historia. En Segóbriga, nuestro destino de hoy, podemos encontrar una ciudad con restos prerromanos y romanos.
La ciudad consta de varias rutas para las visitas y lo normal es dedicar toda una mañana o toda una tarde a pasear por ella, pues tiene teatro, anfiteatro, termas, acrópolis, templos, basílica, etc. Es decir, que es una ciudad como Dios manda. De hecho, conoció el esplendor entre los siglos I y III d. C. y era un enclave importante para el comercio por sus conexiones con otras ciudades de gran importancia en la época imperial (Cartago Nova, Toletum,…). El paisaje que rodea Segóbriga apenas ha sufrido variaciones desde aquellos tiempos, por lo que contemplarás las mismas vistas que los agricultores y los locales veían entonces.
La entrada al parque cuesta 5 euros, un precio que, desde luego, se hace merecedor de una visita inmediata. En la página del yacimiento hay información a raudales y también existe la posibilidad de descargar unas audioguías muy completas para llevarlas en el mp3 o en el móvil.
Además, para completar la visita se ha creado un Centro de Interpretación completamente integrado con las ruinas. Allí hay audiovisuales para comprender Segóbriga en su contexto, una exposición permanente y un recibidor. Vamos, que si no aprendes nada es porque no quieres.