¿Os imagináis que para visitar un museo hubiera que vestir un traje de neopreno y calzarse un par de aletas?
Pues sí, es el requisito para visitar el MUSA, el primer parque submarino escultórico, situado en la zona de Cancún, Méjico.
Fue fundado en 2009 por Jaime González Cano, Director del Parque Marino Nacional, por el Presidente de Asociados Náuticos de Cancún, Roberto Díaz Abraham y por el escultor inglés Jason deCaires Taylor, y en la actualidad, cuenta con más de 500 piezas esparcidas entre una superficie de más de 400 m2.
El objetivo de este lugar, aparte de constituir un entorno único para la exhibición artística, es reconvertir el fondo marino en un ecosistema donde la vida submarina pueda desarrollarse, intentando subsanar los daños ocasionados por la acción del hombre y de la naturaleza, ya que la zona sufre numerosos tifones y huracanes.
Las piezas escultóricas conforman un arrecife artificial en el que conviven plantas submarinas, esponjas, corales, anémonas, y donde se refugian y habitan diferentes especies de peces y crustáceos.
Jason deCaires Taylor, escultor y gran aficionado al buceo, es el artista con mayor número de esculturas subacuáticas. En la isla de Granada, concretamente en el Parque Nacional Marino Molinere Bay, exhibe sus primeras obras, destacando el conjunto Visicitudes, un anillo formado por veintiséis niños de diferentes razas.
En el MUSA, su obra Evolución Silenciosa, se compone de más de 400 figuras.
A él se han ido sumando otros artistas como Karen Salinas Martínez, Rodrigo Quiñones Reyes, Salvador Quiroz o Roberto Díaz Abraham.
Las esculturas han sido realizadas con materiales neutros, que permiten que con el tiempo puedan verse alterados por el medio en el que se integran, de manera que las obras están en continua evolución, van desarrollándose permanentemente, posibilitando que cada visita sea diferente. Además, la perspectiva submarina de las piezas ofrece diferentes efectos que al visualizarlas desde el exterior.
Buceo y cultura de la mano en un entorno único.
