Entre los lugares con cosas raras y misteriosas, existe un territorio ubicado en Costa Rica, concretamente en la región del Delta del río Diquis, en la Isla del Caño, que sin duda no podemos dejar sin una mención en esta Guía del Trotamundos.
Se trata de un espacio declarado recientemente como Patrimonio Mundial Cultural de la Humanidad por la Unesco, donde aparecen dispersas varios centenares de esferas de piedra de origen desconocido llamadas las esferas de Osa, al parecer precolombino, con tamaños que oscilan entre unos cuantos centímetros de diámetro hasta más de dos metros, hallándose ejemplares con más de 16 toneladas de peso.
Se desconoce cuál era su finalidad ni cuándo fueron realizadas, aunque se estiman fechas que oscilan entre el 300 a. C. al 300 d. C., por el estudio de su proceso de hundimiento.
Se trata de esferas perfectamente talladas en piedra granítica y granodiorita, que fueron descubiertas durante los trabajos de deforestación que llevó a cabo una empresa bananera en la zona. La mayor parte de las piezas de pequeño tamaño fueron destruidas y el resto, removidas y desplazadas sin ningún tipo de cuidado. De hecho, se piensa que pudieron estar alineadas de forma premeditada.
El misterio de las esferas radica no solo en su finalidad, sino en cómo fueron talladas, ya que su forma es prácticamente perfecta, y no se han encontrado herramientas con las que posiblemente fueran talladas. Tampoco se entiende de dónde pudo extraerse el bruto para la construcción de las piezas más grandes, que en algunos casos debía superar la veintena de toneladas. No existen canteras en esa parte de la selva y tendrían que haber sido desplazadas desde las cimas montañosas, a demasiados kilómetros de distancia.
Gran parte de las piezas fueron saqueadas o quebradas con la intención de encontrar oro o tesoros en su interior y otras, trasladadas para decorar parques y edificios oficiales.
Hoy en día, se está construyendo un parque en los terrenos donde fueron encontradas, en la Finca 6 de Palmar Sur (Cantón de Osa), conocido como Parque de las Esferas de Piedra o Can Basat Roje en dialecto indígena. Allí se espera que las que quedan, sean respetadas y estudiadas como Bien protegido.
