El nombre es una gran pista para saber de qué estatua estamos hablando: Mannenken Pis. Fíjate en la segunda palabra. ¿Lo deduces ya? ¡Sí! El niño que orina en una fuente con más gracia que un borracho en pleno apogeo de su ebriedad.
El Mannenken Pis está situado en el casco histórico de Bruselas, la capital belga, y su origen es incierto. Se sabe que fue tallado en 1619 y su función está muy clara: abastecer de agua a la fuente mediante un chorro considerable. No obstante, se desconoce cómo y por qué llegó hasta allí. La leyenda que más se cuenta a los turistas es que un padre ricachón perdió a su hijo en una visita a la ciudad y lo encontraron orinando, así que el señor decidió pagar la construcción de una fuente que emulara ese momento. Otra leyenda mucho más divertida consiste en que un niño llamado Juliaanske salvó la ciudad de Bruselas de un ataque con dinamita al miccionar sobre la mecha prendida y levantaron esa fuente en su honor.
Hoy en día el Manneken Pis es muy querido por sus habitantes, pero también despierta cierta expectación en el resto del mundo y cada año recibe numerosos trajecitos hechos a medida para que los exhiba. Un funcionario del museo en el que se exponen los ropajes de la estatua se encarga de cambiar diariamente al muchacho.
Aquí os dejo una vista al armario del Manneken Pis para que le echéis un vistazo y veáis lo completo que es su vestuario.
