Sinceramente, desde que me alisté virtualmente en las filas de los trotamundos, las maravillas de nuestro mundo no dejan de sorprenderme. En otra ocasión les hablé de un museo insertado en el metro de Moscú (¿o era un metro dentro de un museo?), por lo que lo titulé «Un museo bajo tierra». Asi que el título de este post, como comprenderán, se me escapó de las manos.
Nos referimos en este caso a la exposición del Cristo del abismo, una estatua de bronce de Jesús de Nazareth que se halla a más o menos 15 metros bajo las aguas de la bahía de San Fruttuoso, entre Camogli y Portofino, dentro del área natural marina protegida Portofino. Fue creado por el escultor Guido Galletti por idea de Duilio Marcante, tras la muerte del inventor y buceador Dario Gonzatti, durante una inmersión en 1947. La Marina Militar italiana se encargó del descenso a las aguas profundas, y luego un equipo de buceadores lo llevó hasta el fondo. El bronce usado para la estatua fue extraído de campanas, medallas y algunas hélices donadas por la Armada de los Estados Unidos. Así que nos encontramos ante una manifestación artística de lo más insólita.
Esta maravilla fue restaurada en el año 2003: un ancla se había llevado una mano y los crustáceos y la corrosión malograron en parte el resto. La estatua original se encuentra en el Museo Nacional de Actividades Subacuáticas, en Marina di Ravenna y hay varias réplicas en distintos lugares también.
