A veces siempre buscamos lo mejor fuera de nosotros, en lo excéntrico, en el exterior, en lo exótico. Hoy se nos encaprichó dedicar un post a un parque que se encuentra en la capital de nuestro querido país. Y es que este parque es diariamente visitado y admirado por visitantes de todo el mundo.
En el barrio de la Alameda de Osuna, en el distrito de Barajas en Madrid, se encuentra el llamado Parque del Capricho. La orden de su construcción fue dada por la duquesa de Osuna a finales del siglo XVIII, siendo una de las damas más influyentes de la época y mecenas de varios artistas.
El arquitecto francés Jean-Baptiste Mulot diseñó los planos de los hermosos jardines de este parque, aunque el arquitecto de la corte Pablo Boutelou fue quien expuso el proyecto inicial, un año después de que la duquesa comprara el terreno donde se llevaría a cabo una finca de recreo, muestra única de un jardín del romanticismo en Madrid. Los laberintos de arbustos, el palacete, la ermita, los riachuelos y estanques constituyen el estilo del parque, donde prolifera la lila, flor predilecta de la duquesa de Osuna. Los estanques conectarían el canal principal que recorre todo el parque con el salón de baile, donde se celebraban las fiestas que organizaba. Destacan la plaza de El Capricho, el Palacio, la plaza de los Emperadores, la ermita, los estanques con sus cisnes y patos y la Fuente de los Delfines y de las Ranas.
En 1943 fue declarado Jardín Artístico, y en 1974 fue comprado por el ayuntamiento de Madrid después de mucho tiempo en estado de abandono, y posteriormente en el año 1985 se fue declarado Bien de Interés Cultural.