Una de las ciudades más bonitas de Bélgica es sin duda Dinat. Ubicada en el centro de la provincia de Namur, en la región de Valonia, se trata de una pequeña urbe de apenas 14.000 habitantes.
Se emplaza a los márgenes del río Mossa, por lo que se la conoce habitualmente como Hija del Mossa, pero lo que realmente la hace hermosa no es únicamente flanquear el margen del río, sino estar constreñida entre éste y los macizos rocosos de las Árdenas.
El emplazamiento existió desde el Neolítico y continuó ocupado por celtas y romanos, aunque es el siglo XI cuando comienza su desarrollo, al ser incluido en el obispado de Lieja.
Lo primero que llama la atención en Dinant, además de todo el conjunto, es la Ciudadela, cuyo primer edificio, o castillo – fortaleza se construyó durante el siglo XI por orden del Príncipe – Obispo de Lieja, sobre el peñón de Bayard.
En ella, pueden contemplarse un imponente patio de armas, el polvorín, los calabozos o la sala de armas de su museo histórico. También se puede realizar una sobrecogedora visita ambientada por las trincheras y bunkers de 1914.
Destruida, remodelada y ampliada a lo largo de los siglos se accede a ella a través de cuatrocientos ocho escalones o subiendo en teleférico.
Otra de las joyas de Dinant es la Colegiata de Notre Dame, una de las más altas de Europa. Se trata de un templo gótico del siglo XV, con impresionantes vidrieras y un púlpito tallado del siglo XVIII.
Dinant fue la ciudad natal de Adolphe Sax, inventor del Saxofón, por lo que su figura y su instrumento, reciben tributo en muchos rincones de la ciudad. Además, cada año celebra el festival Jazz Nights, con los grandes maestros de este género musical lo que hace las delicias de todos los fans de esta música.
