La tradición de Zalipie no es precisamente cultivar flores, a pesar del título.
Zalipie es un pequeño pueblo de Polonia, situado cerca de Cracovia. No destaca especialmente por tener hermosos monumentos. Es un lugar que destaca por una curiosa tradición popular, que lo convierte en un destino muy interesante.
Las flores son un elemento decorativo que aparece en la mayoría de sus viviendas.
Ya sea en las fachadas, o en el interior de las pequeñas casas de madera, las flores pintadas decoran todas las superficies.
Pero es algo que no solo se observa en las casas, sino en la mayoría del mobiliario urbano del pueblo. Las flores también decoran iglesias, corrales, gallineros, incluso las casetas de algunos perros.
No se sabe con seguridad de dónde viene esta tradición. Se cree que las mujeres del pueblo, decoraban las paredes del interior de sus casas con motivos florales.
El continuo uso de hogares de leña, oscurecía el interior de las viviendas que se encalaban habitualmente. Esta costumbre, parece que se fue convirtiendo en parte de la decoración hogareña.
La casa más conocida de Zlipie, es la que perteneció a Felicji Curyłowej, hoy convertida en museo. En su interior, pocos espacios aparecen sin decoración floral.
Además, la pintura floral de Zalipie es una práctica desarrollada casi únicamente por mujeres. Son ellas las que se encargan de restaurar las flores que se van estropeando y de pintar otras nuevas. Se podría decir, que son las ‘jardineras’ de este lugar que es una delicia para el viajero.