Texto: Marco Cela.
Estamos a 34º 36′ de latitud sur y 58º 26′ de longitud oeste…
Los que pasamos por Buenos Aires y tenemos más de 40 años, sabemos que ser lo máximo en algo es: ser Gardel. Eso: lo máximo, lo que no se puede encontrar en otro lado, lo indiscutible es, en suma, Gardel.
Nadie canta como Gardel, nadie tiene su pinta, nadie sonríe mejor ni siquiera Perón- nadie canta mejor, incluso hoy Gardel -que murió hace la tira de años- al proyectarse alguna de sus películas o escucharse alguna de sus grabaciones, provoca hoy- el comentario dogmatizado: cada día canta mejor. Gardel:
Es lo máximo.
Por eso, cumpliendo nuestro sagrado deber de trotamundos, no podemos dejar de avisarles que, en Buenos Aires, no dejen de ver a Gardel, no pueden perdérselo pibes… tendrán cosa buena para contar a los nietos: «¡Lo vimos…! Vimos actuar en la Calle Corrientes- a Roberto Carnaghi, el Gardel de la escena argentina hoy, sin dudarlo».
Carnaghi acaba de estrenar (el 25 de enero del 2007) La Jaula de las locas (La Cage Aux Folles) recreando a Albin Za zá- ya mítico personaje de esta comedia convertida en clásico universal.
Carnaghi viene de recibir el ACE de oro 2006, máximo galardón del espectáculo -el Oscar Argentino- por su interpretación en «La irresistible ascensión de Arturo Ui de Bertolt Brecht, y por la misma época encarnó a un escalofriante personaje de la represión argentina en uno de los programas mas vistos en televisión el pasado año y ahora, comienza el 2007 con Za zá.
Carnaghi, hoy por hoy, es el Gardel de la escena argentina.
Además podrán comprobar en directo los efectos de uno de los fenómenos mas discutidos en este momento en occidente: los inmigrantes. Verán cómo máxima figura de la escena argentina a un hijo de italianos. Excelente inversión para Argentina que los dejó bajar de los barcos.
Y para guinda: actúa en un teatro de la mítica Calle Corrientes, el Metropolitan 1, por si tienen dudas de estar en el centro de Buenos Aires y el obelisco no les basta, avisamos que pueden llegar al teatro en veintisiete 27- líneas diferentes de colectivos (un híbrido de camión y bus urbano, para todos los que gustan de las emociones fuertes) y tres líneas de metro (subte). En pleno corazón argentino.
Y… ya que están en la Calle Corrientes, por qué no cenar, después de la función en Lalo de Buenos Aires (c/Montevideo 357) y pedir, por ejemplo: entraña sobre cama de puerros, un corte de carne vacuna que difícilmente sepan que comen en Europa, en hamburguesas o todo lo que se elabora con carne picada, pero ahí, en Buenos Aires tienen la posibilidad de probar el diafragma vacuno (o entraña) en su mejor presentación, y ya que estamos, pedir una ensalada de radicheta con ajo y de primero: chinchulines, pero eso sí, pídanlos bien hechos, crocantes… (¿y qué tal un panqueque de manzana de postre?)
Y… a cinco minutos encontrán la Librería Hernández (c/Corrientes 1436), y en ella a libreros como los de antes, libreros que son voraces lectores según se autodefinen- sabiendo qué es lo que hay y lo que tú quieres… y si ellos no lo tienen te indican dónde conseguirlo… una gozada (incluso por los precios) para aquellos que encontramos placer comprando libros. (Buenos Aires tiene un circuito de librerías atendidas por libreros de raza).
Y disfrutar un café en La Paz (Corrientes y Montevideo) punto de reunión de los que fueron llamados psico-bolches. Este café lamentablemente ha sido «modernizado» quéjense con firmeza al mozo (camarero) de mayor edad por esa modernización- por esa forma de matar la memoria, y quizá tocado en su orgullo- les cuente sobre sus clientes históricos.
Y repasando La Jaula de Las Locas, no dejarán de sonreír, mientras ven que la noche nunca acaba sobre la Calle Corrientes, en Buenos Aires, y rematarán el café afirmando: «Qué actuación la de Carnaghi… ¡es Gardel!». Lo máximo.
Muy buenas las recomendaciones, aún para los que vivimos en Baires. Voy a ir a lo de LAlo y pediré exactamente lo que recomindan.
Felicitaciones, Hiro Nakamura