¿Cuántas olas de calor llevamos ya en España? Este verano está siendo insoportable, sin duda, por eso el artículo de hoy nos va a refrescar un poquito: nos vamos a unas cuevas de hielo en Austria. ¿Nos acompañas?
En concreto, hablamos de las cuevas de hielo de Eisriesenwelt. Si nuestro trotamundos está interesado en verlas, cosa que no pondré en duda, tendrá que desplazarse hasta la localidad de Werfen, en Salzburgo, Austria. Todo el país se antoja un destino turístico muy apropiado para el verano -y para cualquier fecha, a decir verdad- y merece la pena visitarlo.
También las cuevas de Eisriesenwelt merecen la pena. Anton von Posselt-Czorich enseguida se dio cuenta de eso cuando las descubrió en el siglo XIX. Desde 1920 aproximadamente, estas cuevas se han convertido en una atracción turística y no es para menos. La belleza congelada es un imán para los curiosos. No hace falta ser un apasionado de la geografía para apreciar el fenómeno natural que nos ofrece Eisriesenwelt. Cabe destacar, por otra parte, que son las cuevas heladas más grandes de todo el globo terráqueo. Un motivo más para la lista.
Las cuevas de Eisriesenwelt solo admiten 2500 turistas al día y durante ciertos meses, ya que en invierno permanecen cerradas por peligro de aludes y otras cosas que son recomendables evitar. No obstante, hay que avisar al intrépido aventurero de que para llegar hay que sufrir una cuesta un tanto molesta y luego enfrentarse a 1400 escalones, que es como subir treinta y tres pisos con pausas pequeñas para las explicaciones (unas seis en total) que se dan en inglés y en alemán. Está bien ir abrigado, pero tampoco demasiado: tanto ejercicio físico acaba convirtiendo a las cuevas de Eisriesenwelt en una sauna, ¡aunque parezca imposible!