Las señales no crecen en los árboles, eso es algo que sabemos desde siempre, pero al ver este bosque de Canadá lo pondremos en duda porque es absolutamente impresionante.
El bosque que nos ocupa está en Waston Lake, Yukon, justo al lado de Alaska. Éste es uno de los lugares más famosos e interesantes de la carretera que lleva precisamente a ese estado.
Todo esto de las señales tiene un origen anodino y un poco entrañable que, desde luego, no predecía en lo que se iba a convertir 60 años más tarde. En 1942, el soldado Carl K. Lindley fue mandado a reparar una señal que ya había en el bosque y decidió darle un toque más personal a su tarea añadiendo una señal que apuntaba a su ciudad natal, Danville, en el estado de Illinois, y dejando constancia de la distancia a la que estaba de ese punto.
Lo que no supo Carl Lindley es que había iniciado una moda, ya que otras personas anunciaron también la distancia a sus hogares. Pero la situación fue más allá y hoy en día ya hay más de 75.000 carteles, cada uno de ellos indicando una cosa, desde paneles de bienvenida hasta señales de tráfico o matrículas con nombres de personas anónimas.
Este lugar es, sin duda, uno de los más insólitos, pero también de los más atractivos para los trotamundos porque pueden ir y dejar su granito de arena en Waston Lake. O más que su granito de arena, una huella que perdurará tanto como tan bien clave su cartel. Lo importante es poder encontrar un hueco.