Parece que es una frase hecha de tanto que se ha usado, pero, si la estudiamos bien, los parques de atracciones en familia son una opción de ocio válida como cualquier otra. De hecho, suelen ser actividades muy recomendadas por tener zonas que pueden congeniar con los diversos miembros de una familia.
Los abuelos pueden descansar en los múltiples restaurantes, por ejemplo, o, si se sienten con ganas y energías, pasear por las instalaciones temáticas y disfrutar de los múltiples espectáculos. Los más pequeños tienen, casi siempre, un parque particular con atracciones adaptadas a su tamaño que gozan de todos los permisos y controles de seguridad. Los adultos y adolescentes, como cabe esperar, también se lo pueden pasar en grande con las atracciones, algunas de ellas verdaderamente intimidantes.
Desde luego, visitar un parque de atracciones en familia es una idea genial para fomentar vínculos y la diversión en conjunto, además de aportar un dinamismo insuperable a la hora de quebrar la rutina. No obstante, el parque de atracciones no tiene que suponer una limitación: podría ser un punto de partida.
En España hay muy buenos parques temáticos repartidos por la geografía ibérica, pero también tenemos otros europeos que merecen la pena ser conocidos por la historia que arrastran, por las atracciones diferentes que ofrecen, por los espectáculos idiosincrásicos y… porque forma parte de un viaje.
¿Acaso no sería genial planear con la familia un viaje a París en el que entrara, por ejemplo, Disneyland? Porque ahora mismo hay una oferta muy atractiva para viajar a Disneyland con Logitravel en la que los menores de 12 años van de gorra, vamos, que es un chollo para las familias con niños pequeños.