A estas alturas, la mayoría de trotamundos ya sabemos que si nos vamos de viaje a otro país nos va a salir mucho más barato comprar la bebida en un supermercado de barrio o en unos grandes almacenes que en un restaurante, una máquina expendedora o un puesto callejero. Eso lo tenemos, sí, pero, ¿qué ocurre cuando llevamos una lata de refresco en la mochila, todo el día para arriba y para abajo?
Cuando tienes un refresco agitándose, lo más probable es que cuando lo abras te salpique por entero a ti y a tu compañero. Esto es engorroso, aparte de porque te deja pringado, porque desperdicias parte del refresco y eso, a los trotamundos que viajamos con lo justo, nos escama. Además, este truco lo puedes utilizar en tu casa y vale hasta para «trollear» a tu hermano pequeño.
Para que el refresco (la lata de Coca-cola, cerveza o cualquier bebida con gas) no salpique después de ser agitada, hay que dar unos golpecitos por las paredes del recipiente. El típico golpe que se dispara con el pulgar y el índice podría servir, aunque si usas los nudillos dará unos resultados similares. Lo que estás haciendo con estos toques es movilizar las partículas de gas a la superficie para que, a la hora de abrir el refresco, puedan ser liberadas sin que por el medio haya líquido.
Ahora os dejo un vídeo que os lo explica mejor que yo. Es útil saber esto porque así podemos llenarnos la mochila de unos cuantos refrescos y disfrutarlos en cualquier parte sin miedo a que explote y perdamos la bebida, además de que ahorramos comprándolos en un súper.. Tan solo nos falta el termo para mantener el frío.