Cuando hablo del museo de falos, es decir, una faloteca, que queda muy fino, parece que va a ser el lugar elegido para una primera cita con Estela Reynolds, ese personaje tan pintoresco de «La que se avecina». En realidad, la faloteca que es objeto de nuestro artículo de hoy no es ningún invento de la ficción. Existe, sí, y está en Islandia.
Islandia también es un país con curiosidades para repartir y tomar, pero hemos seleccionado ésta para hoy porque, en fin, no deja de ser extravagante haber hecho todo un museo para exhibir penes. No son humanos, eso vaya por delante, sino de casi toda la fauna que hay en el país. La colección está compuesta por doscientos ochenta miembros y algunos complementos restantes.
El fundador del museo se llama Sigurdur Hjartarson y empezó con esta historia en 1974. La faloteca nacional de Islandia se ha quedado como un «negocio» familiar, ya que su hijo, Hjörtur Gísli Sigurðsson, es el curador y ha actualizado las instalaciones para que esté al nivel de otros museos contemporáneos. La verdad es que ha debido de hacer un buen trabajo porque es un museo raro muy concurrido. Solo en el verano del 2011 fueron más de 13.000 los visitantes que acudieron a este lugar.
Este museo se encuentra en la localidad de Reykjavik y se puede visitar de 11 de la mañana a 6 de la tarde. Aquí puedes echarle un vistazo a su página web.