Si bien es cierto que la situación de la mayoría de nuestros queridos trotamundos es un tormento, nosotros -porque yo también me considero uno, aunque sea a otro nivel- siempre buscamos la manera de sacar los viajes más baratos, los vuelos low-cost, las estancias con descuentos y un largo etcétera.
Os voy a hablar desde mi experiencia personal y de cómo me organizo yo para localizar viajes baratos. No viajo con la frecuencia que me gustaría, pero admito que tampoco puedo quejarme al respecto. ¿Y esto por qué? Porque economizo al máximo posible.
Rastrea la red
No te quedes con el primer resultado que encuentres. Compara, compara y compara. No hace falta que utilices páginas que ya lo hacen por ti, aunque pueden aliviarte una parte del trabajo y, a veces, incluyen alguna sorpresa como una promoción de la que puedes beneficiarte. Con toda honestidad, yo nunca he usado un buscador de este estilo, sino que a la hora de comprar billetes de avión, por ejemplo, he ido directamente a la página web de la compañía.
En cuanto a hoteles, apartamentos o casas, te digo lo mismo. La oferta es muy amplia y siempre pueden hacerte un precio mejor. Puedes probar sistemas solidarios como aquellos que dan alojamiento a cambio de que tú hagas lo mismo (concepto de «couchsurfing») o alojarte en casa de un particular. Yo he probado el segundo método y puedo decir que estoy bastante satisfecho. Siempre lo he hecho a través de páginas que han conseguido cierta reputación y con usuarios ya evaluados, por eso de extremar precauciones.
Busca cupones de descuento
Aunque esto parezca una tontería, a veces te ahorras 10, 5, 3 euros. Es verdad que no es mucho, pero tampoco está mal porque todo lo que no gastemos comprando el billete del avión podemos gastarlo durante el viaje en algún capricho extravagante. Si no encuentras cupones de descuento, puedes ponerte en contacto con las personas que administran el sitio web y preguntar por ellos. A veces son majos y te regalan uno. Esto también lo he probado.
Organiza el viaje
No es que tengas que saber lo que vas a hacer en cada condenado minuto, pero hacerte un esquema con tus posibilidades en el destino nunca está de más. De hecho, puedes ahorrar bastante dinero si exploras la zona con ayuda de internet (ya que todo esto es un trabajo que debes hacer, obviamente, ANTES de viajar) y determinas qué museos, exposiciones o pubs vas a visitar. Un día dedícalo a los que no necesitas desplazamiento y otros a los que sí necesitas montarte en un bus urbano o en el metro para que tanta vuelta no te salga tan cara.
Transporte urbano
Bien. Aquí se abren dos opciones: usarlo al máximo o usarlo lo mínimo indispensable. La primera opción tiene la ventaja de que te cansas menos y tardas menos tiempo en llegar a los sitios, dos puntos muy importantes cuando dispones de unas vacaciones muy cortas y quieres aprovecharlas a tope. En este caso, te conviene investigar en las páginas acerca de las tarifas y la conveniencia de sacarte un bono especial o algo así. Yo lo hice para el metro de Londres y me cundió mucho.
Sin embargo, si eliges usarlo lo mínimo indispensable, entonces, quizá, el mejor momento sea por la noche cuando regreses al hotel. Tampoco es cuestión de reventarse y andar sobre ampollas que han salido en las ampollas.