Descubiertas por primera vez en junio de 1992, 36 cuevas fechadas en un período anterior al 200 a. C, configuran todo un misterio que parece imposible de resolver por historiadores y científicos.
Las cuevas de Longyou fueron descubiertas cerca del pueblo de Shiyan Beicun en la provincia de Zhejiang (China), por el aldeano Wu Anai, quien con la ayuda de una bomba y motivado por la curiosidad de confirmar si una de las cuevas tenía fondo, comenzó a vaciarla de agua. La tarea duró 17 días y su sorpresa llegó cuando al desaguarse, comenzaron a aparecer estelas talladas y elementos constructivos que daban muestra de haber sido concebidas de manera artificial y no natural.
Tras el descubrimiento, continuaron vaciándose otras cuatro cuevas más, para constatar que todas ellas tenían idénticas características.
A pesar de ser una de las mayores excavaciones subterráneas de la Antigüedad, no hay mención ni documento histórico relativo a su construcción o existencia.
Cada cueva tiene más de mil metros cuadrados, con una profundidad de hasta 30 metros, y la superficie total descubierta es mayor de 30.000 metros. Sólo una de ellas ha sido abierta al público, y en ella, aparecen tallados un caballo, un ave y un pez, simbolizando probablemente los símbolos de tierra, aire y agua.
Existen numerosas incógnitas sobre cómo y para qué se hicieron las cuevas.
Dada su magnitud, se calcula que aproximadamente un millón de metros cúbicos de piedra fueron extraídos para su realización y que por lo tanto, más de mil hombres trabajando día y noche debieron ocuparse en ellas durante más de seis años. Tampoco ha podido localizarse amontonada toda esa piedra en ninguna zona del exterior o utilizada en construcciones cercanas.
No se han encontrado restos de herramientas en la zona y se desconocen los mecanismos que se siguieron para conseguir tal simetría entre cuevas.
Numerosas son las lagunas o piscinas artificiales construidas en épocas anteriores en la zona, pero éstas eran de forma cuadrangular y su interior estaba habitado por peces y otros seres vivos acuáticos, sin embargo, en las cuevas de Longyou no se encontró evidencia de vida natural.
Las paredes y los techos de la cueva fueron cincelados a mano, siguiendo en un patrón uniforme de líneas oblicuas paralelas, con un significado que se cree simbólico y que es similar al de algunas cerámicas conservadas en un museo cercano, fechadas entre los años 500 y 800 antes de Cristo.
Las mediciones modernas han puesto de manifiesto que los muros tienen el mismo grosor en diferentes secciones, 50 centímetros, con una precisión inexplicable. Y es un enigma como se hayan mantenido en tan perfecto estado hasta hoy.
Se desconoce cual pudo ser su uso, ya que no se han encontrado evidencias de enterramientos ni ningún otro resto que esclarezca esta incógnita. Tampoco se encontraron objetos o pruebas de que fueran habitadas.
El origen y significado de esta maravilla subterránea es un misterio que parece muy difícil de resolver.