Muchas veces he pensado cómo sería trabajar en un lugar por el que mereciera la pena madrugar, hacer horas extras, aguantar a ese compañero de trabajo que siempre te cuenta sus batallitas del fin de semana… y de repente, en medio de un bosque situado en una urbanización de la zona norte de Madrid, los arquitectos José Selgas y Lucía Cano construyen una de las oficinas más originales del mundo.
Ambos arquitectos se licenciaron en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1992. En 2007 decidieron montar su propio estudio de diseño y crearon este singular edificio donde ubicar sus oficinas.
Se trata de un pabellón con forma de pasillo alargado, parcialmente zanjado en la tierra, con una mitad longitudinal completamente transparente. Dada su constreñida estructura, solo tiene espacio para una fila de mesas de oficina y una zona de paso. El área de trabajo, cubierto con planchas de fibra de vidrio translúcido, impide la incidencia directa de la luz exterior sobre las mesas de los arquitectos. En el interior, los colores también delimitan los espacios: el pasillo es de color amarillo, el espacio de trabajo blanco. Además, su diseño de ventilación es energéticamente eficiente.
Desde el interior, la sensación es de estar completamente bajo los árboles. Al exterior, el contraste entre la vegetación del bosque y el concepto arquitectónico del edificio, sobrio, minimalista y blanco, contrastan de forma brillante.
No cabe duda de que, trabajar en un espacio así, mejora la eficiencia de las personas.