Port Royal fue una Isla situada en Jamaica, a 24 kilómetros de Kingston, su capital.
Se trataba de un cayo rodeado por aguas profundas donde los españoles aprovechaban para acondicionar sus barcos y repostar.
En el año 1655, cuando los ingleses arrebatan Jamaica a los españoles, ocupan el islote al darse cuenta de su situación estratégica, convirtiéndolo en un fuerte amurallado y un lugar seguro frente a ataques externos. Port Royal no tarda en convertirse en una de las más importantes bases pesqueras y comerciales de Jamaica durante el siglo XVII.
Su desarrollo económico se basa en el comercio de esclavos y variadas mercancías, además, la isla es ocupada por numerosos piratas y bucaneros al servicio de la corona británica, contratados para asaltar y saquear los barcos españoles, holandeses y franceses que navegaban por el mar Caribe.
La ciudad de Port Royal no tarda en convertirse en un lugar rico y peligroso con mala reputación, donde el vicio, el juego, la bebida y la prostitución formaban parte de las actividades más habituales entre sus vecinos.
Pero un día del año 1692 se produjo un fuerte terremoto que hundió las arenas sobre las que se asentaba la isla.
Al terremoto le siguieron una serie de tsunamis que terminaron por tragarse Port Royal hasta el fondo del Caribe.
Más de 2.000 personas murieron ese día, y un número similar perecieron víctimas de las heridas y enfermedades desencadenadas por tal devastación.
La ciudad se conservó bajo el agua prácticamente intacta, ya que no se trataba de una ciudad abandonada ni deteriorada, sino que fue víctima del desastre en pleno esplendor.
Las excavaciones arqueológicas subacuáticas llevadas a cabo en Port Royal revelaron numerosos restos arquitectónicos y materiales que han servido para conocer cómo era la vida cotidiana de una ciudad portuaria colonial en el siglo XVII.
Port Royal es la única ciudad sumergida conservada en el Hemisferio Occidental.