
Man-Pupu-Nyor es una de las siete maravillas de Rusia. Está emplazada en la república de Komi, al noroeste del país, en la frontera natural donde los Montes Urales separan Europa de Asia.
Man-Pupu-Nyor es una suave colina en la que surgen imponentes siete gigantescos tótems de piedra. Son formaciones con más de 200 millones de años, que se han ido formando con la erosión de la montaña. En realidad, son los restos erosionados de lo que hace cientos de millones de años fue una montaña de piedra calcárea, desgastada por los fuertes cambios de temperatura, la lluvia, el hielo y el viento.

Los siete monolitos de roca que, todavía hoy, mantienen el equilibrio, tiene una altura de entre 30 y 40 metros, por lo que contemplarlos de cerca es impresionante.
Existen numerosas leyendas locales que tratan de explicar el origen de estas formaciones, la más extendida es una que cuenta lo siguiente: los Mansi, la tribu de cazadores que habita la zona, era un pueblo querido por los espíritus de la montaña, a los que agasajaban con sus sacrificios y oraciones. El líder de la tribu, Kuuschay tenía una hermosa hija a la que le gustaba cantar, y lo hacía tan bien que hasta los animales de la montaña acudían a escuchar su melodiosa voz. Un día que una familia de gigantes se encontraba cazando por la zona, su líder escuchó cantar a la joven y llegó hasta ella, atraído por su voz. Al verla, exigió a Kuuschay convertirla en su esposa y ante la negativa de éste, enfureció y decidió devastar el pueblo con la ayuda de sus hermanos.

Las murallas de cristal del poblado mansi aguantaban las envestidas de los gigantes mientras la gente, suplicaba a los espíritus el regreso de sus guerreros, que habían salido de caza el día anterior.
Cuando la maza del gigante convirtió la muralla en miles de pequeños cristales, una espesa niebla les hizo retirarse, permitiendo a los mansi refugiarse en las montañas próximas.
Al amanecer, cuando los gigantes volvieron para arrasar el poblado, se toparon con la llegada de los guerreros mansi, liderados por el hijo del líder, Pygruchum, quien adelantándose al resto, alzó su espada y de ésta surgió un rayo de luz que convirtió a sus oponentes en piedra.
Es complicado llegar hasta Man-Pupu-Nyor, puesto que la población más cercana se encuentra a 200 kilómetros. Hay que ser un intrépido excursionista dispuesto a andar y acampar durante días o llegar en helicóptero mediante excursión organizada.