Comayagua es un municipio de Honduras y capital del departamento homólogo situado en la zona central del país.
La localidad se emplaza en el valle de Comayagua, ocupado desde épocas precolombinas por los pobladores nativos, hasta la llegada de los conquistadores europeos, que se produce en el siglo XVI. Es en el año 1537 cuando el conquistador Alfonso de Cáceres funda la nueva ciudad con el nombre de Santa María de la Nueva Valladolid.
Comayagua es una de las ciudades más visitadas de Honduras, por su belleza monumental y su atractivo colonial. Su ordenado trazado cuadricular ensalzan su valor arquitectónico, en el que destacan edificios religiosos, como la Catedral de Santa María, en la Plaza Central, construida a principios del siglo XVIII. Otros ejemplos son la iglesia de la Merced, la más antigua de Comayagua, del año 1550 o las de Los Indios de San Sebastián, la iglesia de San Francisco, el Palacio Episcopal o el Colegio Tridentino.
Además de la arquitectura, otro de los atractivos de Comayagua es la celebración de la Semana Santa, que no se caracteriza únicamente por las procesiones acompañadas de velas y aroma de incienso o las misas dedicadas a la Pasión y Resurrección de Cristo, lo más característico de la ciudad durante esta festividad son las alfombras de aserrín con las que se decoran las calles con imágenes religiosas.
Son más de cincuenta tapices cuyas plantillas cubren las calles el Viernes Santo, parar ser coloreadas con aserrín, sal o arroz teñidos de pigmentos multicolores durante el Sábado de Gloria. Algunos de estos paños tienen medidas que van desde los 5 metros de ancho hasta los 500 o 600 metros de largo, y se colocan frente a los templos o edificios emblemáticos. Cientos de voluntarios elaboran las alfombras que se dedican a pasajes bíblicos.
Esta tradición ha sido acogida y repetida por otras poblaciones de Honduras, como Copán Ruinas, Santa Bárbara y Tegucigalpa.