¿Os habéis quedado con ganas de viajar después de las vacaciones de Semana Santa? Pues apuntad el próximo destino: se trata de Kastelorizo o Castellórizo, una pequeña isla de la hermosa Grecia.
Está situada a tan solo unos metros de la costa de Turquía y a poco más de 100 km de Rodas, en el archipiélago del Dodecaneso. Es una pequeña isla de 9 k2 y dos islotes aledaños con los que no suma ni 12 km2 de extensión, en pleno Mediterráneo, con una población de menos de 500 habitantes.
Un lugar tranquilo, ocupado desde el Neolítico, por el que han pasado civilizaciones como la micénica o bizantina. Perteneció a la Corona de Castilla, al Reino de Nápoles, a la República de Venecia o al imperio Otomano, hasta se administrada por Grecia desde el siglo XIX.
Se trata de un lugar pintoresco, con pequeñas casas tradicionales a lo largo de toda la costa: estucos blancos y celestes, pequeñas cúpulas, fachadas con tímpano triangular, calles empedradas y aguas tranquilas y cristalinas.
Kastelorizo, además cuenta con una de las cuevas más bellas del mundo, conocida como Cueva Azul o Fokiali. Una pequeña apertura de apenas un metro, da paso a una cueva de 50 metros de largo por 30 de ancho, en la que la luz del sol se refleja sobre la superficie del agua reflejando una espectacular luminiscencia azul.
Para llegar hasta allí, hay que hacerlo en lancha o en barco-taxi. Desde la isla salen excursiones programadas a diario, siempre por la mañana, para poder disfrutar del momento exacto en el que el sol propicia la luz azulada en su interior, donde el agua es cálida y cristalina.
No se puede pasar por alto el mercado de pescado en el puerto, ni la gastronomía de costumbres otomanas que ofrece deliciosos patos y postres tradicionales.