Plovdiv es la ciudad más grande de Bulgaria después de su capital, Sofía.
Es la capital de la provincia homóloga y está situada a orillas del río Maritsa, en la región de Tracia.
Se trata de una ciudad cosmopolita y multicultural, que cuenta con cerca de 300.000 habitantes y que, históricamente, estuvo ocupada desde hace más de 6.000 años.
Fue la tierra de los tracios, hasta que el padre de Alejandro Magno, Filipo II de Macedonia, conquistó sus territorios y la renombró como Filipópolis. Desde entonces, fue conquistada y ocupada por diferentes pueblos: romanos, eslavos, otomanos, etc.
Este profuso dinamismo histórico la convierte en una ciudad con un rico patrimonio histórico, arqueológico y cultural, que la llevan a competir directamente con la capital de Bulgaria.
Su espectacular centro histórico, restaurado en el siglo XIX, cuenta con un rico elenco de monumentos de diferentes periodos, entre los que destaca el Teatro Romano del siglo II d. C., uno de los mejores conservados de los Balcanes y numerosas casas palacio del siglo XIX, empleadas muchas veces como museos y galerías de arte: Casa Kuyumdzhiogh, Casa Nedkovich, el Museo de los Iconos o la Casa de Zlatyu Boyadzhiev.
Al margen derecho del río, ha crecido la ciudad moderna. Allí también se conservan importantes monumentos, algunos de notoria antigüedad, como los restos de un anfiteatro romano, las mezquitas otomanas de Dzhumaya e Imaret, las iglesias de Sveta Marina y Sveta Bogoroditsa o el museo arqueológico.
Sin ninguna duda, Plovdiv es un punto turístico indispensable para cualquiera que visite Bulgaria, porque además, su situación estratégica la convierten en punto de parada idóneo de camino a Grecia y Turquía.