Georgia es un pequeño país europeo situado a orillas del Mar Negro, en el límite natural entre Asia y Europa.
En la zona sur de este país, en la pared de una montaña paralela al curso del río Mtkvari, se halla excavado el monasterio medieval de Vardzia, en las proximidades de la localidad de Aspindza.
Se trata de un conjunto de cuevas talladas en la ladera de la montaña a lo largo de más de 500 metros de extensión, una auténtica ciudad – santuario rupestre, formada por estancias unidas mediante túneles y escaleras de piedra, ordenadas en casi una docena de gradas o niveles, con una profundidad superior a los 50 metros.
Fue mandada construir por la reina Tamara de Georgia en el año 1185, como ciudad fortaleza, durante sus primeros años de gobierno, que fueron corregentados junto a su padre George III. Este origen defensivo tenía la finalidad de salvaguardar a los habitantes de posibles ataques musulmanes.
Años más tarde, con la tranquilidad de un periodo de esplendor político y cultural, la ciudadela de Vardzia fue convertida en uno de los centros teológicos más importantes de la región, albergando su propia comunidad monástica.
Entre las más de 600 estancias del complejo, que se encuentra prácticamente abandonado, se encuentra la capilla de La Asunción, decorada con pinturas murales en las que se representa al rey George y a su hija Tamara.
El interior de la montaña, cuenta con su propio estanque subterráneo, del que se abastecieron durante siglos los monjes que habitaban Vardzia, de los cuales, hoy en día solamente quedan seis.