Jericoacoara es una pequeña localidad brasileña, situada en el estado de Ceará, al Noreste del país. Su playa, homónima, es una de las más apreciadas por los turistas que buscan un rincón paradisíaco, donde disfrutar del mar y la tranquilidad entre arenas vírgenes y aguas cristalinas.
Este pueblecito de pescadores se ubica dentro del parque natural de Jericoacoara y apenas cuenta con unas pocas calles distribuidas entre la arena y las dunas, sin asfalto ni ningún otro tipo de pavimento artificial. Tampoco hay carreteras que lleguen a este destino, que se mantuvo aislado durante mucho tiempo, por lo que hay que hacer el viaje en 4×4.
Además de sus atractivos naturales, Jericoacoara es un destino frecuentado por los amantes de deportes como el Windsurf o el Kitesurf, por los frecuentes vientos alisios que frecuentan la costa. Existen diferentes escuelas y clubs donde aprender y disfrutar de estos deportes de aventura.
Uno de sus atractivos más destacados es la Pedra Furada, un arco natural de roca que las olas han tallado a los pies de la colina del Serrote, en la orilla de la playa, a través del cual se ve la puesta de sol durante el verano.
El lago do Paraíso, también es otro de los lugares más visitados, con sus aguas cristalinas sobre las que se puede descansar tumbado en una cómoda hamaca.
Jericoacoara cuenta con una buena oferta hostelera, de restaurantes, hostales y tiendas de artesanía, pero no cuenta con tendido eléctrico, por lo que al llegar la noche, la mejor opción es sentarse y disfrutar del espectacular firmamento brasileño.