En el año 2002, esta zona de Afganistán situada en la provincia de Ghor, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se encuentra cerca de la localidad de Jam, de quien recibe su nombre, donde se localizan un hermoso alminar y otros restos arqueológicos de los siglos XII y XIII, época de mayor apogeo de la civilización gurida a la que pertenecen.
El alminar o minarete de Jam es una alta y esbelta torre, dividida en secciones. Está construida con ladrillo cocido y decorada con relieves e incrustaciones de azulejo y estuco.
Esta imponente pieza arquitectónica se enmarca en un espectacular paisaje situado a casi 2000 metros de altura, en un valle formado por el curso del río Jam y custodiado por montañas. En sus inmediaciones se encuentran los restos de un palacio y varias construcciones de ingeniería civil, como cisternas, un horno, canalizaciones e incluso, los restos de un cementerio judío y diversas fortificaciones.
El origen exacto del alminar se desconoce. Se cree que pudo homenajear una victoria importante por parte de los ejércitos de la dinastía gurida, en lo que debió ser Firuzkuh, la capital del imperio.
Esta práctica de erigir minaretes para conmemorar victorias fue bastante habitual en aquella época, de la que se han catalogado más de 60 ejemplares. Entre ellos, el de Jam es el segundo de mayor tamaño.
El alminar de Jam tiene una altura de 65 metros, por nueve de diámetro. La primera sección tiene forma octogonal, al igual que el tambor o base de la que arranca, el resto de cuerpos son cilíndrico-cónicos, rematados por una linterna compuesta por seis arcos.
Toda la obra está profusamente decorada por motivos florales, geométricos y caligráficos, en concreto, caligrafía cúfica esmaltada en color turquesa que narra diversos pasajes del Corán.