Baalbek es uno de los yacimientos más importantes y más sorprendentes del planeta.
El yacimiento arqueológico de Baalbek está ubicado al este del Líbano, a 85 km del Beirut. Se asienta en el valle formado por los ríos Litani y Orontes, en el cruce de varias rutas comerciales.
Poco se sabe de sus orígenes, puesto que no existen documentos anteriores a la época romana. Se cree que pudo ser un santuario fenicio dedicado al dios Baal, aunque seguramente su nombre es posterior a esta época.
Se trata de una zona de gran riqueza cultural, por donde pasan griegos, romanos, seleúcidas, bizantinos y musulmanes, entre otros.
Los primeros datos recogidos sobre este templo pertenecen a la época de Alejandro Magno (siglo I a.C). Décadas más tarde, bajo el dominio de la dinastía Ptolemaica fue llamado Heliópolis y dedicado a los dioses griegos.
El santuario de Baalbek cuenta con varios templos dedicados a diferentes deidades. La entrada está presidida por los Propíleos, que dan paso a un patio de forma hexagonal. Desde éste se accede a un gran patio cuadrangular, construido por mandato del emperador Trajano.
Tras el patio se encuentra el gigantesco Templo de Júpiter, levantado sobre rampas. También existía un templo consagrado al dios Baco y otro circulas, dedicado a la diosa Venus.
Una de las características más interesantes del yacimiento de Baalbek es el misterio de sus grandes monolitos tallados. Algunos de ellos, tienen unas dimensiones de 20 metros de largo, por cuatro de alto por tres de ancho. Fueron extraídos de una cantera granítica situada a un kilómetro de distancia.
La colosalidad de estas piedras ha dado lugar a múltiples teorías, como que fueron talladas por seres extraterrestres.
De hecho, en la cantera se halla la mayor piedra tallada que se conoce, con 19 metros de largo, por seis de ancho y cinco y medio de alto. Probablemente fue abandonada allí por su dificultad para ser trasladada.