Naturalmente el título de este post solo pretende estimular su curiosidad e incitarlos a visitar este lugar paradisíaco de las costas de Hawái, en vez de desear producirles una desagradable quemadura de tercer grado. Y es que a diferencia de otras playas de este exótico destino turístico por excelencia (¿quién no ha soñado alguna vez con recompensarse tras un año de arduo trabajo con unas deliciosas vacaciones en Hawái, mientras unas nativas amablemente le abanican mientras se encuentra en una hamaca entre dos palmeras?), a diferencia de la arena blanca de esas otras playas, la arena de Punalu’u es completamente negra, por los restos de lava volcánica que llegan a su costa.
A pesar de ello, sus aguas son cristalinas, y se produce un contraste de película, que junto a la posibilidad de encontrarse con grandes tortugas (algunas en peligro ya de extinción), y de bucear en sus aguas, hacen de este destino un lugar impresionante ideal para esas vacaciones señaladas. Uno parece encontrarse en una playa perdida de otro planeta, y en verdad así pareciera ser, pues las autoridades han prohibido terminantemente a los visitantes llevarse una muestra de arena, como si de polvo lunar o de marte se tratara. ¿Será que esa arena tiene algún misterio escondido si se analizara su composición, o simplemente tienen miedo de que la costa pierda su atractivo color? Fuera bromas y teorías misteriosas, este magnífico lugar hará las delicias de todo el que se acerque a la costa hawaiana.