En la ciudad de Kyoto, en Japón, hay un lugar espectacular que impresiona por su belleza y que armoniza a la perfección con la cultura asiática. Se trata del bosque de bambú Sagano Arashiyama. Este espacio natural se encuentra en la ladera del Arashiyama, un monte cuyo nombre significa «montaña de las tormentas», dentro del distrito de Pagano.
La zona fue un lugar frecuentado por la corte imperial durante el periodo Heian, del siglo IX al XIII, por su bello entorno agreste, donde la aristocracia japonesa se recreaba entre sus plácidos y misteriosos parajes. Toda la zona del Arashiyama es de espectacular belleza, un fantástico mosaico natural de muy diversos colores, gracias a sus arces japoneses de hojas rojas, almendros en flor y bambúes. El otoño es la estación del año en la que este espectáculo visual se manifiesta en todo su esplendor.
También existen espacios creados por el hombre, como los templos: Tenryuji, con su jardín zen del siglo XVI, en el que los arces se reflejan en el estanque a la vez que las colinas de Arashiyama.; o el de Adashino Nenbutsu-ji, con sus mil budas de piedra.
A la salida del templo Tenryuji, el dirección norte, encontramos el espectacular bosque de bambú, de más de 16 km de extensión, en el que se elevan hasta el cielo unas 50 especies diferentes de bambú. Los efectos que producen la luz y el sonido del viento al colarse entre las verdes hileras son todo un espectáculo sensorial. Muchos de los finos troncos alcanzan los 20 y hasta los 30 metros de altura, configurando un escenario idílico para entregarse a la meditación y encontrarse con uno mismo. La puesta de sol es un momento sorprendente, y por la noche, la visita es también aconsejada ya que todo el bosque está iluminado.
El bosque aparece mencionado en la obra del siglo XI La historia de Genji, del escritor Murasaki Shikibu, de gran popularidad en Japón.