(Continuación de una entrada anterior…) Una vez en Leymebamba, que no es que sea Acapulco pero tiene todo lo que necesita un mochilero de alma (dónde comer, dónde dormir) es el momento de buscar y negociar con las pequeñas agencias turísticas locales para acercarnos a la chullpa (recinto funerario) original. El camino es bastante largo…
En busca de las doscientas momias (y II)











